jueves, 8 de diciembre de 2016

Baozi


No es de mala onda, lo que pasa es que yo tenía una edificación de ilusiones que me titilaban en los ojos y tú no sabías. Obvio, no tenías cómo ni por qué saber, y yo eso lo entiendo perfectamente, pero no me pidas que haga como si el mundo no se me hubiera destrozado en mil pedazos frente al monitor.
Me forjé como una mujer de muchísimas expectativas, de metas altísimas, de exigencias muchas. El fracaso me duele en la médula. Lo único que me falta es ser especial y es precisamente lo que en estos casi dos años no he podido conseguir a pesar de mis varios intentos.
Ojalá tener ese artefacto que usaban los hombres de negro pa’ borrar mentes y masacrarte el recuerdo de que alguna vez, en algún momento de tu vida, comiste Bollos Chinos.
Cocinar por amor, no cocinar por amor. Es mejor que deje mis esfuerzos de convertirme en una especie de estrella que te ilumina los días, y en la reina de la cocina, en actriz –porno-, en artista, en cantante, en enciclopedia. Soy solo un intento –también fallido- de escritora, una periodista de mierda en potencia, una mujer de pelo largo que se sabe pintar los ojos y nada más.
¡Maldito el día en que se me ocurrió cocinar!

lunes, 14 de noviembre de 2016


Ya no me importa, ya no me hace daño
ya no me acuerdo si fue imaginario.
[...]
estoy viendo molinos.

(Ya, esto es solo autocomplaciente. Todavía estoy buena y que weá, es mi blog, me vale verga todo. Chúpenla con servilleta.)

Ojalá mañana y pasado


Ojalá nunca se me agote el tiempo,
y de lo poco que me queda ocuparlo para cambiar
Ojalá cambiarme de cabeza,
de pies por orejas a ver si en la nueva estructura pillo
la razón que me falta.

Y si tiempo no quedara más,
el segundo restante lo ocuparía para dar las gracias,
que si muriera mañana, viví feliz,
y si viviera mañana, jamás lo fui.

jueves, 10 de noviembre de 2016

A veces nos quedamos mirando como si las respuestas estuvieran pegaditas entre nuestras cejas, bien estancadas a las raíces de los mini-pelos que se nos cuelan entremedio, adornando el terreno de piel que pretendemos baldío. Yo te sigo mirando a través de mis párpados cerrados por la vergüenza: te imagino las olas de risa que te brotan por la boca y los ojos, te imagino también las margaritas muertas de hambre.

Y te imagino cagado de sueño atrás mío esperando que termine de editar la entrada para que nos acostemos. Te imagino no alcanzando a leer esto, te imagino leyéndolo. Te imagino arreglándote el pelo mientras suspiras, te imagino.

Te miro.

Chau.

miércoles, 12 de octubre de 2016

Te has enojado tanto que creo que es mejor que te deje sola, porque es una lata hablarte y verte cuando estás enojada. Quizás no se te pase nunca, pero y qué.

Es mejor que no te vea cuando estás enojada. Me gustas más cuando solo ríes o gimes, eres más linda que cuando estás enojada, que es cuando no te quiero ver.

miércoles, 31 de agosto de 2016

Esperan2 y Desesperan2



Me llegó un soplo de antiguos pesares en la oreja izquierda.

¡Fue impresionantemente violeto!

En serio. Muy en serio.

Se me llegó a inflamar el lóbulo de la orejita, para mi propia sorpresa. Yo que me hacía firme como roca y erguida como araucaria, ahora me veo arrodillada rogando por migajas, cual una vagabunda de calle Valparaíso estirando la mano a ver si me cae alguna letra.

¡Cual 15añera!

Como enferma lamiendo el suelo por el que andas.

Pero es caro el precio de hacerme esperar y






Desesperar.

martes, 5 de julio de 2016

JICDR 2



Te recuerdo sobre mí y me envuelve un sentimiento sobrecogedor e incontrolable: me agita, me quema, me rompe, me vuelve a armar y quedo igual que cuando comencé con el recuento del día; pero ahora con unas lágrimas a punto de escaparse por mis pestañas.

Créeme cuando te digo que no lo entiendo, que no entiendo que me haces cuando me miras que me dejas desnuda de piel y de carne. Hoy me tienes sin cáscara, desmenuzada y lista para ser probada por tus ojos una vez más.

Y otra
Y otra
Y otra

Lo que me revienta en alegría es sentir que a pesar de conocerte tanto, me sigues pareciendo extraño tantas veces… no un extraño-desconocido-temido al que uno no le recibe un dulce ni le toma la mano, no, sino que te miro como al juguete nuevo que se ha estado deseando tanto tiempo. Lo miras descansando en las vitrinas, lo deseas, lo consigues; pero el tiempo no pasa, todos los días repites la ecuación: te miro, te deseo, te consigo, te beso, te amo, te peino, te seco, te mojo, te lo arranco todo y te vuelvo a armar.

A ver, más sencillo para los pavos:
Te veo casi todos los días, pero no se ha perdido ese encanto, esa magia que te desborda cuando conoces a alguien nuevo que te encanta. Ya te conozco, pero todos los días vuelvo a repetir el café y la cerveza con sabor a cenizas, y el beso con sabor a sal.

Ahora que lo pienso, cada vez que te veo te encuentro los dientes menos amarillos.


domingo, 3 de julio de 2016

JICDR

Hoy me quedo pensando en tu cara.

Anoche me preguntaron cómo te reías y fui incapaz de describirte, así que intenté hacer mi mejor imitación. Es mi risa favorita, la conozco a la perfección, pero fui incapaz de hacer una imitación decente como para que se figuraran más o menos como era. Estoy segura de que no lo conseguí y no lo haré jamás por varias razones:
1
.     Yo quería que sintieran como tu risa es para mí.
2
.     Perdía el tiempo imaginándote, en vez de estudiar el recuerdo para hacer la mejor interpretación.
3
.       Perdía los valiosos segundos para planificar mi actuación recordando tu boca cerca de mi cara, riéndote, o sonriendo bien cerquita.

Creo que sonríes más de lo que te ríes. Cuando me miras fijo sueles sonreírme y poner esa cara linda que haces a propósito quizás para qué. Yo te miro todo lo que puedo, aguanto hasta que la vergüenza me consume la pasión y aparto la mirada.

Llevamos caleta juntos y todavía me tiemblan las piernas a veces. Mi voz se quiebra, hay fiestas de mariposas en mi guata y siempre que camino hacia ti sigo sintiendo los mismos nervios de la primera vez. Es todo parecido si lo piensas bien: siempre voy tarde, media chascona, agitada y sonriente de nervios.

La diferencia sustancial es que te amo.
Que te extraño.
Que te adoro.
Que eres lo que me faltaba.
Que me devolviste algo importante que había perdido quizás dónde.
Que me gusta tu cara linda.

Solo quiero ver tus ojos color cappuccino al despertar y nada más.

jueves, 16 de junio de 2016

Tengo el manzo forado en el pecho. En vez de tetas tengo un agujero tipo expansión hxc. No duele, tranquilos, es solo un espacio por el cual corren las ventiscas de la tarde.

Igual le agarré cariño. Me gustaría montarle una casa de pájaros para que me adorne el espacio y me cante cada que tiene hambre. Así cuando llueva, el pajarito azul se puede esconder en el forado tipo expansión hxc del que le cuelga una pajarera; y me va a cantar mis canciones favoritas.

También puede ser la casa de una ardilla cachetona de robar nueces. Puede dormir en el agujero... yo le pongo una camita y frutos secos para que no llore.

Y en la primavera, me adorno con flores el vacio; en el verano puedo servirle de flotador a mi hermana chica; en el otoño me lo relleno con hojas, así que tranqui, tú, el que tiene mi trozo de pecho. Quédatelo nomás, y si quieres te lo comes. Unos tapaditos con la carne que me arrancas.

Te hablo en serio, dale nomás. Ya no lo necesito.
Es el mejor elemento decorativo que me ha dejado una herida jamás.

Espinazo

Estábamos jugando en el patio cuando de repente nos llaman a todas las niñas al camarín. Partimos corriendo como si verdaderamente nos hubieran metido un ají entre nuestros cachetes infantiles. Al llegar al camarín subterráneo la profesora de educación física nos pidió que nos sacáramos la polera e hiciéramos una fila frente a ella.

Ojala se hubiese abierto un agujero negro entre las baldosas blancas y mis zapatillas de Barbie, porque nos iban a pesar y a ver si teníamos la columna alineada. Yo era evidentemente más gorda que mis compañeras, ningún hueso iba a asomarse por esa espalda adiposa. Las miraba a todas, tan parecidas a la muñeca dibujada en mis zapatillas: varias eran rubias y flaquitas, morenas con cabellos largos y preciosos; luego me miraba a mí, una niña gorda con zapatillas de Barbie y una guata parada que se asomaba por mi polera blanca con tela de cebolla. Tenía miedo, porque ellas me miraban también a mí, y sabían lo ridícula que me veía con esas zapatillas, hasta la profesora me retó reclamando que no iban de acuerdo con la salida de cancha del colegio.

Me saqué la polera, la tomé con mis manos y me tapé con ella los pechos de grasa y mi guata, como lo continúo haciendo hoy en día, a pesar de ya no tenerla así como para esconderla tanto. Avanzaba tan lenta la fila, sentía quemarse sobre mi grasita de infante las miradas de mis angelicales compañeras, sentía la ira de los ángeles del cielo reclamar para mí el castigo divino por infringir alguna regla primordial de la religión ficticia que se me acaba de ocurrir.

Cuando llegó mi momento la profesora me pidió que inclinara mi dorso hacia el frente para poder marcar con un plumón permanente sobre mi columna. Lo hizo aleatoriamente, porque mis vertebras parecían haberse desvanecido de mi lomo. Yo no sentía el pasar del lápiz por sobre mis huesos como podría hoy en día; se siente tan fuerte cuando te tocan los huesos, pero yo no tenía ninguno como para que alguien me los marcara.

Me miraba los zapatos y las niñas me miraban la espalda.

“Profe, la Valentina no tiene columna” 

miércoles, 27 de abril de 2016

Quiero hacerlo contigo solo para estar más cerca. Quiero desesperadamente tratar de acercarme a ti y romperte todos los muros que me impones, o que tú me envistas destrozando mi fortaleza.


Necesito apegarme frenéticamente a tu cuerpo a ver si así puedo alcanzarte, llegar a rozarte con mis caricias que parecen nunca llegar a destino. Pero no te confundas, este no es un llamado sexual-erótico, es una súplica de amor. Es la misma súplica que hacemos cuando nos quedamos esperando esos llamados que nunca llegan y mensajes invisibles.

Ni siquiera sé por qué escribí esto y me di la paja de abrir blogger, si no lo vas a leer. Nunca me lees a tiempo.

lunes, 25 de abril de 2016

Mujer pálida y sonriente, pero jamás como yo. Nunca, nunca, nunca. Ni a la uña del dedo chico.

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Cuando dejas de comer inevitablemente te pones depresiva, como en un estado menstrual permanente, pero reglando lágrimas. Te da frío, terminas con los dedos azules y la cabeza hecha un nido de dudas, conflictos y reclamos; cada vez más congelada, como la reina de hielo que perdió sus pantorrillas.

Hoy, por ejemplo, cuando me duchaba para apaciguar el frío, fue que comprendí que el hielo no venía desde fuera, sino que de mi interior: el agua me quemaba la piel, me arrancaba capas inútiles encendiéndome las mejillas, pero no me abrigaba. Tiritando en pelota, en la ducha, sola con el agua tiritaba. ¡Caliéntate, corazón! 

viernes, 22 de abril de 2016

Es un tema esencialmente de espacio: cuánto ocupo del universo.

I.                    Qué tan ancha soy
La respuesta bajo un sencillo sistema métrico hecho a la medida –inserte risas enlatadas-

¿Ocupa todo el respaldo de la silla?
a)      Sí.
b)      Sí, pero la silla es para niños de 5 años.
c)       No, pero igual doy asco.

¿Su brazo sobresale del asiento de la micro?
a)      Sí.
b)      Sí, pero solo si hay alguien gordo al lado.
c)       No.

¿Sentada en el asiento del medio, en la parte trasera de un automóvil, cómo se percibe a sí misma?
a)      Quepo bien.
b)      Si hay más gente quedo apretada.
c)       El ancho de ese puesto es equivalente a la mitad de la anchura de mi espalda.

¿Es usted más ancha que su pareja? No importa si es delgadx o gordx.
a)      Sí.
b)      No.

¿Su sombra es más ancha que la de su pareja?
a)      Sí.
b)      No.

Si anteriormente marcó la alternativa “a”, ¿Qué parte de su cuerpo se ve más grande que la de él o ella?
a)      Todas.
b)      Parte superior.
c)       Parte inferior.

¿Ha sentido vergüenza por no poder pasar por lugares en los que los demás logran atravesar libremente?

¿Está usted avergonzada del VALIOSO espacio que ocupa en el planeta?

¿Ha considerado la posibilidad de arrancarse la vida?

miércoles, 13 de abril de 2016

Dispuesta a dar otro paso, pidiéndole permiso al pie izquierdo, fue que me di cuenta de que no tenía las piernas. Desvanecida de la rodilla para abajo, entre mi vestido y el suelo no había más que un hueco por el que podía pasar perfectamente alguien arrastrándose o un animal pequeño. Sobre las rodillas descansaba lo demás, confundido por la desaparición de las pantorrillas y todas las otras partes que van de ahí hasta los pies.

No había sangre ni huesos a la vista, solo la ausencia de media extremidad. Corría bastante bien el aire y el hielo del día no calaba ningún hueso, y no había ningún calambre en ningún músculo. 

Cuando llegué a casa encontré lo que me faltaba, al lado de la estufa. Todavía no me las quiero poner.

viernes, 26 de febrero de 2016

Perfecta tú, perfecta la noche y la canción en la radio. Mi vicio es esta escena... si viene bien, vale la pena.

jueves, 18 de febrero de 2016

He pasado todo el día tomando café y leyendo hermosas historias de amor, y sin embargo, me envuelve una amargura voraz; porque detrás del amor siempre descansa la mayor de las fieras, aquella que dieron por nombre Soledad.

domingo, 17 de enero de 2016

He estado meditándolo bastante, pero mientras pienso el tiempo no se detiene para mí: mi herida está podrida.

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Estoy feliz de tener estas manos para escribir y esta cabeza completa, bien puesta sobre el cuello y con el cerebro calzado a la perfección dentro de mi cráneo; para escribir no necesito otra cosa.

Pobre de la gente que no es capaz de hilvanar una idea, de expresarla, de hacerse entender. Pobres gentes.

domingo, 10 de enero de 2016

No estoy dispuesta a olvidar la débil caricia de una mariposa: la densidad de sus alas, lo mágico e irreal que era su vuelo alrededor de mi jardín, luego en él. De ese mínimo latido se desprendía una belleza incontrolable e irresistible.

Se extinguió debajo de ti lo más amargo y desgarrador, el grito de una mariposa.




[Pequeña edición ortográfica de algo que escribí el 2010, cuando tenía apenas 13-14 añitos. Maldita bastarda, siempre sintiendo y pensando las mismas cosas]



Cuando ya iba por mi segundo día sin levantarme y con el mismo pijama cochino, me di cuenta de que la estaba cagando, que mi soledad tenía que ver con el poco cariño que le estaba dando a mi persona. 
Me puse a recordar aquellos tiempos en que el vacío existencial era latente en este ser, cuando me quedaba horas frente a esta pantalla viendo monos chinos y de vez en cuando esperando una llamada que jamás llegaría, pero que no perdía la esperanza en recibir por casualidad. Llegué a que mi única salvación fue peinarme, aprender a maquillarme a la perfección y vestirme lo mejor posible según los límites de mi propia autoestima... claro, esto suena a pura frivolidad, a estereotipos de belleza impuestos-heternonormados bajo intereses mercantiles; y efectivamente, pero dedicarme ese tiempo a cubrir este rostro con una máscara y tapar esta carne con un disfraz, y saltar a la calle me sirvieron para vencer la soledad. En cada paseo que daba durante esos días de verano, me acercaba más al encuentro conmigo misma; me servían también para olvidar un mal amor, y para encontrar uno nuevo que no apareció hasta que el kraken fue saciado con el cadáver de mi niña-yo.
Hoy, para que vuelva a la vida y pueda encontrar en el cariño la paz, he de asesinar a mi verdugo. Debo arrancarme yo misma la daga, como en aquel entonces, y sanarme con la sal que el viento siempre arrastra en los paseos por el borde costero. He de abrigarme en las miradas desconocidas, como un refugio de vanidad para este ego destronado. 


viernes, 8 de enero de 2016

Pobres ilusos aquellos que no creen en la existencia del kraken. Exististe porque late en este corazón, tiñe este mar con su maldición, mar en pena. Rompe con sus brazos infinitos las ramitas con que armé este barco.

Late en este corazón, mancha mis ojos con su tinta para dejarlos a oscuras.

miércoles, 6 de enero de 2016

Tus ojos son como un chocolate 100% cacao, o como tazas de café miradas desde arriba. El brillito es la espuma.

Así era.

domingo, 3 de enero de 2016

Es como si nadie recordara que somos personas: sentimos. Sentir tanto emborracha la psiquis y te deja en un estado intermedio, donde no sabes qué es real y qué no lo es.
No todas las personas estamos preparadas para llevar este tipo de vida tan ajetreada, con tantas cosas, con tanto ruido; como es mi caso particular. Yo no nací para vivir así, y es mi cuerpo el que no aguanta.

sábado, 2 de enero de 2016

Odalodio


Odio todo, todo, todo, todo. 
Odio tener tantas ambiciones y metas imposibles, deseos utópicos y complejo de omnipotencia.
Odio la inteligencia y la capacidad de empatía que me dieron mis padres con su crianza.
Odio esta belleza y sus aspiraciones perfeccionistas.
Odio este corazón acelerado -hablo de corazón porque tiene neuronas, percibe estímulos por sí mismo, no solo es una representación de la interioridad-
Odio esta cabecita impaciente y disconforme con todo.
Odio este mundo feo donde vine a nacer.
Odio amar leer.
Odio cansarme tan rápido de sentir tantas cosas que ni mi cuerpo ni mi cabeza aguantan.
Odio esta inquietud que me agarra desde el cuello.
Odio las palabras que penden de mi garganta.

Odio este fuego que me quema las entrañas.

Nadie podrá drenar de mi cuerpo la bilis negra que me inunda.
Nadie podrá apaciguar a este monstruo gimiente.
Nada podrá aliviar el dolor de mi pecho.
Nada podrá sacar esta daga.
Nada podrá llenar este pozo sin fondo.
Nada podrá calmar a esta mujer.
Nada podrá acompañar a esta niña.
Nada podrá abrigar mi corazón.
Nada podrá hacerme cambiar de opinión.
Nadie podrá escuchar estas quejas.
Nadie podrá escuchar estas quejas.
Nadie podrá escuchar estas quejas.
Nadie podrá leer esta carta de tregua.
Nadie podrá leer estas quejas porque las guardaré por siempre dentro de mi barco.
Nadie podrá más subirse a navegar con el capitán cobarde.

No saldrán palabras de esta boca roja.


-es chistoso que blogger no reconozca la palabra empatía, me la marca como si estuviera mal escrita-