Hoy me quedo pensando en tu cara.
Anoche me preguntaron cómo te reías y fui incapaz de describirte, así que intenté hacer mi mejor imitación. Es mi risa favorita, la conozco a la perfección, pero fui incapaz de hacer una imitación decente como para que se figuraran más o menos como era. Estoy segura de que no lo conseguí y no lo haré jamás por varias razones:
1
. Yo quería que sintieran como tu risa es para mí.
. Yo quería que sintieran como tu risa es para mí.
2
. Perdía el tiempo imaginándote, en vez de estudiar el recuerdo para hacer la mejor interpretación.
. Perdía el tiempo imaginándote, en vez de estudiar el recuerdo para hacer la mejor interpretación.
3
. Perdía los valiosos segundos para planificar mi actuación recordando tu boca cerca de mi cara, riéndote, o sonriendo bien cerquita.
. Perdía los valiosos segundos para planificar mi actuación recordando tu boca cerca de mi cara, riéndote, o sonriendo bien cerquita.
Creo que sonríes más de lo que te ríes. Cuando me miras fijo sueles sonreírme y poner esa cara linda que haces a propósito quizás para qué. Yo te miro todo lo que puedo, aguanto hasta que la vergüenza me consume la pasión y aparto la mirada.
Llevamos caleta juntos y todavía me tiemblan las piernas a veces. Mi voz se quiebra, hay fiestas de mariposas en mi guata y siempre que camino hacia ti sigo sintiendo los mismos nervios de la primera vez. Es todo parecido si lo piensas bien: siempre voy tarde, media chascona, agitada y sonriente de nervios.
La diferencia sustancial es que te amo.
Que te extraño.
Que te adoro.
Que eres lo que me faltaba.
Que me devolviste algo importante
que había perdido quizás dónde.
Que me gusta tu cara linda.
Solo quiero ver tus ojos color
cappuccino al despertar y nada más.
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