martes, 5 de julio de 2016

JICDR 2



Te recuerdo sobre mí y me envuelve un sentimiento sobrecogedor e incontrolable: me agita, me quema, me rompe, me vuelve a armar y quedo igual que cuando comencé con el recuento del día; pero ahora con unas lágrimas a punto de escaparse por mis pestañas.

Créeme cuando te digo que no lo entiendo, que no entiendo que me haces cuando me miras que me dejas desnuda de piel y de carne. Hoy me tienes sin cáscara, desmenuzada y lista para ser probada por tus ojos una vez más.

Y otra
Y otra
Y otra

Lo que me revienta en alegría es sentir que a pesar de conocerte tanto, me sigues pareciendo extraño tantas veces… no un extraño-desconocido-temido al que uno no le recibe un dulce ni le toma la mano, no, sino que te miro como al juguete nuevo que se ha estado deseando tanto tiempo. Lo miras descansando en las vitrinas, lo deseas, lo consigues; pero el tiempo no pasa, todos los días repites la ecuación: te miro, te deseo, te consigo, te beso, te amo, te peino, te seco, te mojo, te lo arranco todo y te vuelvo a armar.

A ver, más sencillo para los pavos:
Te veo casi todos los días, pero no se ha perdido ese encanto, esa magia que te desborda cuando conoces a alguien nuevo que te encanta. Ya te conozco, pero todos los días vuelvo a repetir el café y la cerveza con sabor a cenizas, y el beso con sabor a sal.

Ahora que lo pienso, cada vez que te veo te encuentro los dientes menos amarillos.


domingo, 3 de julio de 2016

JICDR

Hoy me quedo pensando en tu cara.

Anoche me preguntaron cómo te reías y fui incapaz de describirte, así que intenté hacer mi mejor imitación. Es mi risa favorita, la conozco a la perfección, pero fui incapaz de hacer una imitación decente como para que se figuraran más o menos como era. Estoy segura de que no lo conseguí y no lo haré jamás por varias razones:
1
.     Yo quería que sintieran como tu risa es para mí.
2
.     Perdía el tiempo imaginándote, en vez de estudiar el recuerdo para hacer la mejor interpretación.
3
.       Perdía los valiosos segundos para planificar mi actuación recordando tu boca cerca de mi cara, riéndote, o sonriendo bien cerquita.

Creo que sonríes más de lo que te ríes. Cuando me miras fijo sueles sonreírme y poner esa cara linda que haces a propósito quizás para qué. Yo te miro todo lo que puedo, aguanto hasta que la vergüenza me consume la pasión y aparto la mirada.

Llevamos caleta juntos y todavía me tiemblan las piernas a veces. Mi voz se quiebra, hay fiestas de mariposas en mi guata y siempre que camino hacia ti sigo sintiendo los mismos nervios de la primera vez. Es todo parecido si lo piensas bien: siempre voy tarde, media chascona, agitada y sonriente de nervios.

La diferencia sustancial es que te amo.
Que te extraño.
Que te adoro.
Que eres lo que me faltaba.
Que me devolviste algo importante que había perdido quizás dónde.
Que me gusta tu cara linda.

Solo quiero ver tus ojos color cappuccino al despertar y nada más.