miércoles, 27 de abril de 2016

Quiero hacerlo contigo solo para estar más cerca. Quiero desesperadamente tratar de acercarme a ti y romperte todos los muros que me impones, o que tú me envistas destrozando mi fortaleza.


Necesito apegarme frenéticamente a tu cuerpo a ver si así puedo alcanzarte, llegar a rozarte con mis caricias que parecen nunca llegar a destino. Pero no te confundas, este no es un llamado sexual-erótico, es una súplica de amor. Es la misma súplica que hacemos cuando nos quedamos esperando esos llamados que nunca llegan y mensajes invisibles.

Ni siquiera sé por qué escribí esto y me di la paja de abrir blogger, si no lo vas a leer. Nunca me lees a tiempo.

lunes, 25 de abril de 2016

Mujer pálida y sonriente, pero jamás como yo. Nunca, nunca, nunca. Ni a la uña del dedo chico.

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Cuando dejas de comer inevitablemente te pones depresiva, como en un estado menstrual permanente, pero reglando lágrimas. Te da frío, terminas con los dedos azules y la cabeza hecha un nido de dudas, conflictos y reclamos; cada vez más congelada, como la reina de hielo que perdió sus pantorrillas.

Hoy, por ejemplo, cuando me duchaba para apaciguar el frío, fue que comprendí que el hielo no venía desde fuera, sino que de mi interior: el agua me quemaba la piel, me arrancaba capas inútiles encendiéndome las mejillas, pero no me abrigaba. Tiritando en pelota, en la ducha, sola con el agua tiritaba. ¡Caliéntate, corazón! 

viernes, 22 de abril de 2016

Es un tema esencialmente de espacio: cuánto ocupo del universo.

I.                    Qué tan ancha soy
La respuesta bajo un sencillo sistema métrico hecho a la medida –inserte risas enlatadas-

¿Ocupa todo el respaldo de la silla?
a)      Sí.
b)      Sí, pero la silla es para niños de 5 años.
c)       No, pero igual doy asco.

¿Su brazo sobresale del asiento de la micro?
a)      Sí.
b)      Sí, pero solo si hay alguien gordo al lado.
c)       No.

¿Sentada en el asiento del medio, en la parte trasera de un automóvil, cómo se percibe a sí misma?
a)      Quepo bien.
b)      Si hay más gente quedo apretada.
c)       El ancho de ese puesto es equivalente a la mitad de la anchura de mi espalda.

¿Es usted más ancha que su pareja? No importa si es delgadx o gordx.
a)      Sí.
b)      No.

¿Su sombra es más ancha que la de su pareja?
a)      Sí.
b)      No.

Si anteriormente marcó la alternativa “a”, ¿Qué parte de su cuerpo se ve más grande que la de él o ella?
a)      Todas.
b)      Parte superior.
c)       Parte inferior.

¿Ha sentido vergüenza por no poder pasar por lugares en los que los demás logran atravesar libremente?

¿Está usted avergonzada del VALIOSO espacio que ocupa en el planeta?

¿Ha considerado la posibilidad de arrancarse la vida?

miércoles, 13 de abril de 2016

Dispuesta a dar otro paso, pidiéndole permiso al pie izquierdo, fue que me di cuenta de que no tenía las piernas. Desvanecida de la rodilla para abajo, entre mi vestido y el suelo no había más que un hueco por el que podía pasar perfectamente alguien arrastrándose o un animal pequeño. Sobre las rodillas descansaba lo demás, confundido por la desaparición de las pantorrillas y todas las otras partes que van de ahí hasta los pies.

No había sangre ni huesos a la vista, solo la ausencia de media extremidad. Corría bastante bien el aire y el hielo del día no calaba ningún hueso, y no había ningún calambre en ningún músculo. 

Cuando llegué a casa encontré lo que me faltaba, al lado de la estufa. Todavía no me las quiero poner.