¿Sabías tú que yo nunca había sido presentada en sociedad? Ni había tenido fotografías con algún amado, que yo jamás pude soñar con volver a torcerme a mí misma la mano en una despedida fugaz.
Y así como que no quiere la cosa paré el tren de carreras, y me volví mansa (y mañocita)
Y yo ahora vine a pedirte humildemente que me concedas tu mano... para así bailar contigo rock de casbah en la cocina por el resto de nuestra vida, muerte, tuta, pan con palta, sillón quemado y rusos negros. Mientras hablamos de nosotros, de la vida y del amor. (mamut)
Tilín tilón, colita de ratón.
Cuida al ave pío.
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