Tendré que conformarme con las migajas y los conchos que me cedieron amablemente.
Ni siquiera yo entiendo lo que ocurre en mi fondo, aquí en el interior donde todo es monstruosamente infinito e incomparable.
Porque hoy mis manos se adentraron en la transparencia de tu todo y de la nada. Una osadía que ni siquiera yo lograré comprender.
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