Que tedio.
Vine aquí a delilar. Aquí en mi mortaja, en mi epitafio y mi testamento.
Deliro el cansacio y el vacío. Lloro la risa y mi karma.
Que tedio.
La fatiga pide miel al té, leche al café, cariño a las palabras, calor a la taza. Pide shampoo y agua caliente.
Me pide que corra y que duerma.
Quiero de vuelta esa paz. La alegría de la tranquilidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario