jueves, 8 de noviembre de 2012

Con uñas y dientes

Pero no morí. Sobreviví al inminente ataque de las bestias: Tú y mi yo autodestructivo.
Porque cuando me quedaban pocos minutos de vida, decidí dejar de llorar y de recordar mi drama venezolano.
No por nada me llamo Valentina, el león.
Me declaro, oficialmente, veterana de guerra.

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