¿Está mal que la memoria me arda?
A mí no me molesta mi propia debilidad. Lo frágil e irreal que era mi vuelo alrededor de tu jardín.
No me dejan impotente mis propias palabras de cobardía, mis mensajes subliminales en el rincón.
Déjame llorar como una bestia herida entre tus dedos cansados.
¿Sólo aquí puedo decir lo que siento?
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